Erase

El título es un hallazgo. Es un juego de palabras entre la locución en español érase una vez, típica del comienzo de cuentos de hadas, y el verbo “borrar”, en inglés. Que tiene todo que ver con la concepción crítica que revisita la historia del país, y se permite una buena dosis de humor.

Durante la última dictadura civil militar argentina (1976-1983), los quioscos de diarios y revistas vendían la versión impresa del programa de TV francés “Erase una Vez… El Hombre”. Los primeros capítulos difundían la versión científica del origen de la humanidad, alineada con la teoría de la evolución natural de las especies animales y vegetales, según fuera desarrollada por el naturalista británico Charles Darwin.

Los representantes del ala más conservadora de la iglesia católica corrieron para prohibir la venta de los fascículos semanales, editando un número especial que combinaba, en un nivel delirante, contenidos sobre neandertal, sapiens y el creacionismo de la doctrina bíblica, según la cual todos los seres fueron creados por dios y son biológicamente inmutables.

Al adoptar como espacio escenográfico una cancha de fútbol, “Érase” pone en escena una nueva enciclopedia ilustrada, capaz de contener una refundación de todos los relatos. Eso incluye habitantes del tiempo de las cavernas bailando al compás de una canción de George Gershwin; un best seller global convertido en infografías en vivo; y la epopeya truncada de la tenista norteamericana Monica Seles: durante un torneo en Alemania en 1993, fue víctima de un ataque por alguien del público, que la apuñaló por la espalda con un cuchillo.

Así, en la pieza, un grupo nada homogéneo de seres humanos viaja a través de la historia de la especie con el objetivo de desmontar equívocos. “Esta historia comienza a terminar aquí”, se oye en determinado momento.

Valiéndose de procedimientos como sketches, números musicales, coreografías y monólogos, que parodian el estilo didáctico de las charlas TED, el montaje expone como la historia de la humanidad, compuesta por gestos universales brillantes y genocidios vergonzosos, también es capaz de autodestruirse en un abrir y cerrar de ojos, como observó la periodista Laura Gómez en un análisis publicado en el periódico “Página 12”.

Quien es
Director y autor escénico, Gustavo Tarrío actúa profesionalmente desde 2011. En 2015, estrena “Toda Piola”, obra inspirada en poemas de Mariano Blatt, que es representada en varias ciudades de Argentina, y también en el FIT de Cádiz – Festival Iberoamericano de Teatro, en España, y en Santiago a Mil, en Chile. La temporada de su trabajo más reciente, “Familia No Tipo y la Nube Maligna”, está prevista para ser presentada entre julio y octubre de 2022 en el Teatro Nacional Cervantes, en Buenos Aires.

Ficha técnica 
Dirección Gustavo Tarrío
Autoría Mónica Cabrera, Marcos Krivocapich e Gustavo Tarrío
Actúan Lila Monti, Marcos Krivocapich, Milva Leonardi, Carolina Saade e Donna Tefa Sanguinetti
Voz en off Gustavo Di Sarro e Cecilia Laratro
Vestuário Paola Delgado
Iluminación Fernando Berreta
Diseño sonoro Pablo Viotti
Realización de escenografía Hencer Molina
Arte Mariano Sigal
Fotos Francisco Castro Pizzo
Asistencia de dirección y coreografía Juanse Rausch
Producción en Brasil Vuela e Corpo Rastreado – Ariane Cuminale, Gabi Gonçalves, Gabs Ambròzia, Graciane Diniz e Leo Devitto
Producción de escenografía en Brasil Carol Bucek
Dirección técnica en Brasil Jimmy Wong
Agradecimientos Sofía Herrera, Germán Krivocapich, Debora Bursztyn, Milena Krivocapich, Gabriel Baggio, Emilia Suárez, Marcela Inda, Andrés Binetti e Renee Ferraro